martes, 5 de octubre de 2010

La vida del encendedor


Hubo un día que al sacar mi encendedor para prender un cigarrillo, el encendedor me dijo-¡oye¡ a mi no me gusta que fumes-entonces, le pregunte:-¿Qué hay de malo que fume?- de inmediato pensé que me diría algo como "el cigarro mata" pero su respuesta me sorprendió, me dijo que le importaba muy poco mi salud y lo decía solamente por que al prender el cigarro consumía un poco de su gas, de su vida, no le di gran importancia a lo que me dijo en ese momento así que guardé el encendedor en mi pantalón junto con mi cigarro y comencé  a caminar, mientras caminaba observaba a los otros mortales, esto me regreso a la mente lo que me dijo el encendedor y comencé a imaginarme todo el daño que hacia a las demás personas al prender un cigarro, primero se me ocurrió que con cada placentera bocanada de humo contaminaba el aire, y también ayudaba a destrozar la capa de ozono, que cada vez que gozaba de esa maña de soltar el humo por un lado de mi boca le llegaba el humo al sujeto que estaba a un lado mío, que cada vez que me divertía aventando la colilla de mi tabaco generaba basura, que cada vez que jugaba con el cigarro pasándolo de mi boca a mis manos y cada vez que hacia figuras con el humo, había un niño inocente mirándome que posiblemente se vería atraído por esta mala vida y terminaría gastando 2500 pesos al año en este mortal placer.

Pensar en tales cosas me había estresado bastante, entonces me detuve en una banca de un parque de juegos, me senté junto a un señor viejo que parecia de unos 60 años, saque el cigarro de la bolsa de mi pantalón y lo prendí.

1 comentario:

  1. Me gusto Mdin, =) me hizo ver otro lado de la moneda jejeje :D sigue así :)!

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