domingo, 9 de enero de 2011

Le encontré

Sí, la he encontrado, es deliciosa, es hermosa, tanto que dudo que esas palabras la describan. A primera vista se confunde entre las Eva pero supera a cualquier María cuando la pruebas.
Cada vez que la veo satisface como nunca mis sentidos, comienzo a creer en lo infinito, olvido mi existencialismo y me vuelvo dependiente a su presencia.
Mi ego e inmoralidad se pierden en su presencia, mi torpeza, felicidad y romanticismo vienen de la mano con su pensamiento.
Escribirle poesía es como describirla y decirle realidades, no importa cuanto lo intente, siempre que le escriba se quedan cortas las palabras.
Sí, la he encontrado, apareció ante mi como una hoja verde mientras yo descansaba y disfrutaba de una aburrida lluvia de hojas secas en el árbol de la crudeza en un otoño verdadero.
Me sedujó con esa falda corta, esa boca de rosa y su seductora presencia, tan tentadora como la enorme y delicioza manzana roja que nos puso entre el azul y el abajo.
Ares en su cama seguramente está celoso de mi, tiene un nombre maya y debo admitirlo, yo... yo estoy enamorado de ella.