Inclinandose mi orgullo
para saludar la cautela
con la que tus talones
son rozados por el viento,
haciendo ademanes
insinuosos
más dedicados a tu
piel que a tus ojos
e intentando restregar
mi vista para sentir
tus poros,
se prepara mi cuerpo
para percibir los latidos
que recorren tu vientre
y de los lóbulos a tu vulva.

Par de dudas
sobre el nombre que poseo,
sobre la naturaleza
del animal que me conduce
una vez que mi corazón
está jadeando, un animal
hipersensible o uno más
deseoso de gritos y
de marcas de barniz
en mi espalda.

Mis extremidades no bastan
para la lujuria con la que te miro,
porque está fuera del sentido
corporal, porque está
libre de la vida y la muerte,
y porque hasta los colores
que vistes lo hacen  con mis ojos

Lo bueno de la soledad
es que te libera,
lo malo,
es que se llama soledad.

Los que viven caminan.

Inclinando la cabeza

por el peso

de una lágrima,

quizás las ideas,

quizás sea el amor.

En las calles deambulan 

los mancos, las mentes

que calientan las manos

en las bolsas del pantalón

Se pierde un sentido,

el más valioso por morbo,

el menos útil para las balanzas

zen a las que les basta un par 

de botas, un par de toques.

Solitarios latidos

que caminan felices

brillando en el mundo,

callando lo de siempre,

gritando el silencio

de la montaña grande del sur...

La sonrisa de la claridad

Los dedos fríos 

por los hechos

que congelan 

el corazón

y lo petrifican.

Hace más calor

en la cabeza 

que en los órganos

extasiados.

Malabares 

con cráneos,

hectáreas hierven

y se mueren

las cucarachas.

Las realidades

consumen

las mentiras

y luego...

arrepentimiento,

cambio, evolución.

La pistola en 

la mano

y los dedos

fríos,

una sonrisa

deja la claridad.

Comienza la psicodelia

Sirenas lesbianas

que se acarician y

se besan y lo hacen

de tal modo 

que terminan

comiendose unas a otras.

Orgías marinas 

con delfines 

que saltan para 

penetrar el mar.

El cielo eyacula

bañando con su esperma 

el ancho mar y si el sol

se masturba mirando 

comienza la psicodelia.

La realidad se perturba 

y se cambia el peinado,

nace el arcoíris

y el calor 

con el que nace la vida.

l

Cuando las pasiones abandonaron al hombre

Noche fría,

invierno y sin otra  

más que la simpleza,

la pasión abandonó

al hombre.

El tiempo comenzó 

a irse lento, la gente,

como reflejo de su 

indiferencia, se aburrió

de verse la cara.

Las artes gobernaron

sin amor y el sentido

perdió su nombre.

Los hombres callados

desaparecieron,

las noches sin sueño

se quedaron dormidas.

La cursilería se ganó

la voz pero no el respeto

de los fornicadores.

La escuela se volvió

tirana e injusta 

y exilió las mentes

lúcidas de sus prisiones.

Las mujeres han ganado

la lucha, ahora, son iguales

que los hombres.

Los hijos son peores
que sus padres.

La pasión olvidó
al hombre y el hombre
jamás la buscó.

para seguir amandote

Este es para seguir amándote,

para echarte en cara los besos

que nos hemos cobrado
y besarnos ahora
más que nunca.

Es para pasarme por tus
ojos una vez más
con mi poesía,
es para volver a enamorarte
y volver a ser tuyo
como siempre lo he sido.

Este verso es para contarte

orgasmos por segundo 

y caprichos por mes,

es para no darte tulipanes

si no todo un jardín.

Es para decirte
1,095 veces "te amo",
y besarte y tocarte
y hacer el amor contigo
ese mismo numero
de veces.

Es para morder tus labios

y navegar contigo a diario,

es para arrancarme 

lo que me resta de vida

y entregártelo fundido

en unas cuantas letras

El grito de la mariposa

I
Cuando se tranquilizan

las olas de este mar amante

me siento en el fin del mundo

a contemplar las galaxias.

II
Desde la constelación
más alta y brillante

nace una cascada
que, alborotada,
vierte su belleza diurna
sobre tus hombros de dama

amenazando esas copas
tiernas de fino cristal lácteo.

II

Me miro a mi mismo

en el reflejo puro

de esos planetas

que reflejan la vida
y que con la nitidez
de la obsidiana

me muestran mi alma

y lo que más se oculta

de los espejos de casa.

III

Siguiendo los pasos
que dio la luna sobre tu cuerpo,
mirando la espalda del cielo
y deslizándome por esa columna
con forma de lengua,
entre los pétalos de rosas,
en el vértice del corazón
de  mundo, hijo de astros,
del Urano, Venus
y de su belleza reunida
el anillo más bello, caro
y cautivador del cosmos
espera ansioso de explotar
mis sentidos.

IV
Y allá, de donde la belleza
toma su sexo, hay un campo
de rosas que cautiva
aquel sentido cyraneano
advirtiendo que entre las flores
se escode la mariposa
más bella, rosada, húmeda, fértil
y culpable,

culpable de la vida,

la poesía, la perversión

y de que las olas 

recobren su fuerza 

y agiten este mar amante.

V
Aquellas, hijas de la Luna
y de tus provocaciones
impedirán mi admiración tranquila
y me obligarán a navegar
con vigor por todo
el tapiz que cubre tus huesos.

Hasta que, usando
de remo mis manos,
consigua extaciar la mariposa
en aquellos campos

de rosas que hay en tu entrepierna
y que de ahí nazca de nuevo
un grito tenue y casi mudo
que ahuyente la inestabilidad,
la ansiedad y el mal humor
de nuestro universo.

Como nace todo el mundo

Yo no nací santo,
nací violando a mi madre
y derramando su sangre,
nací mudo y con prejuicios.

Nací como nacen los mortales,
esos que se vuelven papas,
esos que matan judíos.

Tengo nombre
por sentencia de mis padres,
tengo hambre para
poder saciarla.

Tengo ganas de penetrarte
y de alzar la mirada al cielo
con un pedazo de cartón
en la lengua

Yo no nací santo,
nací derramando dinero
y exilando a mis padres
de las iglesias.

Nací como nacen
los más y los menos
cualesquiera.

Carajo

Carajo, que tu nombre 

es un misterio,

que me canso de 

adivinar el olor de tu pecho.

Carajo, que tu cabello

calienta mis ojos,

que tu ropa 

debería ser transparente.

Carajo, que me canso 

de esquivar tus miradas,

que me harto 

de verte a través de un reflejo.

Carajo, que me has

tomado de la mano,

carajo, que me has

                      dicho que sí... 

De tus pasos

nace el pasto más dulce,

nace la feminidad salvaje

de esa que no prepara las nalgas,

de esa que sólo camina y es hermosa

y es sensual y es tierna.

De tus ojos
nacen las galaxias,
nace el tiempo y el espacio
que se concentran dentro de tus parpados
hasta que despiertas y se esconden de nuevo
en cada orgasmo y en cada lágrima.

De tu sonrisa
nació poesía, nació tu cuerpo,
nació la risa y nació mi vida,
esa vida sin argumento alguno
excepto tu risa y tus pechos y tus labios
y tus piernas y tus brazos y todas esas cosas
por las que vale la pena seguir escribiendo.

Cuatro poemas

I

Eres tan fértil que

tu piel se adorna de maleza,

de estrellas, de volcanes

y de todo eso que te hace

parecer a la tierra.

Tu sexo hierve en verano

y tus lágrimas, cuando

inundan tus mejillas,

son más agua

que el mismo mar.

II

Tus labios

me saben a pétalo,

tu saliva a manzana,

tus senos son copas

de fino cristal,

tus entrañas la cuna

donde muere

y nace el deseo.

III

No me basta,

no tiene frontera

pero tu belleza

no me basta.

Sigo las indicaciones

que me da la marea,

la isla orgásmica

esta cerca,

no llevo traje

ni llevo flores,

ojalá me reciba caliente,

muy caliente.

IV

Cómo el Sol a la Luna

yo puedo amarte para siempre,

hasta que el cielo

pierda su azul

y mis dedos no deseen tenerte

y aún cuando se extingan

los versos y placeres

buscaré la forma para amarte.

Sobre el amor

Hablemos de amor:

corta el cielo,

espera a solas,

acéptame un beso,

desenfunda

y apunta de nuevo,

tengo una propuesta,

corta el infierno,

el valiente juega

e invade los sueños,

equivócate, no importa.

Para amarte

Este es para amarte,

para cortar tulipanes

en primavera,

sacarte llamas

y vencer al segundero.

Es para decirte; corazón,

soñarte despierto

y recobrar la noción

del tiempo.

Sólo para amarte,

no hay sabanas

en este verso,

hay algo

que “te amo” no entiende.

Perturbadora de la paz

Perturbadora de la paz,

incentivo benévolo

inquietud de noche.

Yo, yo y en medio tú,

inspiración debrayante,

después del “sí”

viene el goce

y luego

tú, tú y en medio yo.

El empujón de un hada

Es el empujón de un hada,

el baile de cortejo de una dama

es sordo como una mirada,

mi corazón escucha que danzas,

mis ojos miran tus pasos.

Es sólo la manera en que caminas.

El mar ama al cielo

y éste llueve sobre la tierra

como eyaculan los hombres

sobre la pornografía.

Ocio de Luna

Hay tinta negra
en tu rostro pecoso,
es una gota que pasó
y se le cayó al la luna.

Es una estrella
que imita una lágrima,
una de esas que astuta resbala.

Bajó más que las otras
y se inmortalizó en el mármol
de piel que cubre tu rostro.

Pero qué ocio del astro
nocturno
que decidió pintarte su seña
y mejoró a la belleza perfecta
con detalles lunares.

Lunas en tus ojos,

luna bajo tu nariz,

lunas por tu piel.

Piel, piel,piel por todos lados,
canciones escritas por los orgasmos
que alborotados, sudando, exhaustos y felices
desenvainan la imaginación de nuestros huesos hambrientos
por tocarse y besarse unos a otros.

Placer, placer, placer por todos lados,
gotas de éxtasis que brotan por los poros,
por los oídos, por la boca, por tu ano,
por todo orificio que quiere sentir algo y frotarse
sobre el tacto del otro que bañado y aún sediento
del ácido que libera el amor al des-orgullo se ahoga
entre los gritos de uno mismo y del otro
y aquella muerte espontanea e infinita
que abre las puertas de la percepción humana
se va diluyendo poco a poco mientras regresas
a los limites que te impone estar vivo.

Gritos, gritos, gritos, rasguños y nalgadas
y un esfuerzo sobre humano de no olvidarse
del cuerpo del otro, caliente y explotado
porque su mente y su alma y su vida simple
y limitada y normal como la tuya también están
regresando y cómo olvidarse de ese acompañante
que aparte de todo es tu amante y el amor de tu vida.

Lunares

Gotas negras

del cuadro de Polock ,

desperfectos perfectos

de tamaño precioso,

estrellas curiosas
que gozan bailando,
placeres de mi vista,
guías turísticas
de mi lengua,
detalles de carne,
de diosa, de mujer,
camino hacia el cielo,
al infierno, al placer.

De donde viene

Vino del infierno,
de los pecados lujuriosos
y la sangre del amor,
atravesó la tierra
por la semilla de la rosa
y a partir de los deseos
de las reinas,
de sus sentidos
y sus gustos,
de la poesía
de los enamorados
y de la sangre de los colibríes
se ha llegado a posar
el rojo en tus labios.