viernes, 28 de junio de 2013

De tus pasos
nace el pasto más dulce,
nace la feminidad salvaje
de esa que no prepara las nalgas,
de esa que sólo camina y es hermosa
y es sensual y es tierna.

De tus ojos
nacen las galaxias,
nace el tiempo y el espacio
que se concentran dentro de tus parpados
hasta que despiertas y se esconden de nuevo
en cada orgasmo y en cada lágrima.

De tu sonrisa
nació poesía, nació tu cuerpo,
nació la risa y nació mi vida,
esa vida sin argumento alguno
excepto tu risa y tus pechos y tus labios
y tus piernas y tus brazos y todas esas cosas
por las que vale la pena seguir escribiendo.