Sobre el cielo y el infierno

Si quieres saber del cielo;
conócelo conmigo,
vuela, chúpate los dedos,
restrégalos en tu encía.

Si quieres saber del infierno
espera unos días, donde sea
después de conocer el cielo.

Amor, si quieres conocerlo
te hablaré del cielo,
si quieres conocer el infierno
prueba el sexo, enamorate
y pasa tus días amando
tarde o temprano llegará.

El hombre nace del cielo,
cae a la tierra, vive
para hace nacer a otros
y tarde o temprano
conocerá el infierno.

No temo la muerte,
la muerte le teme a vivir.

Ahora voy yo

Ahora todo
me huele a medicina,
a polvo estelar,
a un ataque al corazón.

Se vale volar
y evitar la presión,
dale fuerte mi amor
que aún no huelo
que venga la explosión.

Mi nariz
también sabe jugar,
sabe moverse
si pones rock and roll.

Dime tú a qué sabe
mi falta de airé,
mi boca y mi aliento
sobre tu ombligo.

Shhhh ahí viene
uno, y viene otro
tras de ti, sobre mi
para mis oídos.

¡Ay! que buen sonido,
que no se calle tu amor.

¡Espera! siente la tensión
de que da tu sabor,
viene, viene corriendo
desde mi cabeza.

Aprieta fuerte
que ahora voy yo...

Amor, me gusta el sexo.

Al carajo esos eróticos
que no conocen el sexo,
que se mueran las fotos
que cubren los vellos.

Amor, amor, me gusta
el sexo y los colores
de tu entrepierna.

Sabor el olor
que sale de entre tus nalgas,
sabor por el que tu boca
hace gestos y que saborea
el fondo de tu vagina.

Recuerdo, las estrías
que brillaban con la luz
y esas sonrisas imperfectas
que piden más sexo
que respeto.

El color rojo
palpita sobre tus nalgas,
hace sonrisas en mi espalda
y manchó los labios
y mi pene erecto.

Amor, me gusta el sexo
crudo, con amor,
con pasión, con sabor,
peludo y sin filtros.

Olvido

Regalo la pócima 

del olvido, la muerte

del amor querido,

la revelación de la pasión.

Angustiosos hombres

que se matan por un sonrisa,

una mueca necia en el rostro

de los que menos la merecen.

Vengan los que buscan

a Jesus. El blanco

cubrirá sus encías y no,

no morirán sin conocer

el corazón.

Olvido, es mi amigo

más cercano y viene

con unos cuantos dulces

para las noches más tristes.

Regalo la pócima 

del amor, para decir

de nuevo te amo,

primero se necesita 

un adiós.

 

Tus colores

Sí, no lo dudes,
lo primero que te vi
fueron tus colores.

La naturaleza
despintó el cielo
y te lo puso
en los ojos.

La sangre
nos hace humanos,
nos hace calientes
y se acabó sobre
tus labios.

Amor, dices ser
del otro mundo,
te creo y quiero
seguir adorandote.

Búscame
que el amor
por correspondencia
hace más poesía.

Y el alba
contrasta con la sombra,
así, tu carne brilla
pero no menos
que tu cabello.

Sí, te vi y me enamoré
y mis ojos murieron
y eyacularon deseo.

 Tu nombre,
quizás mentira,
quizás poesía,
quizás no lo sé
pero no importa
ya te vi y no me basta
pero escucha
como laten
las palabras.

Aunque no lo creas
lo primero que vi
fue la lluvia
enviando tu arcoíris.