domingo, 5 de junio de 2011

Todo comienza con ese rojo…

No puedo resistírmele,
es imposible distraerme,
es totalmente irresistible,
ese rojo insinuante.

Me invita a acercarme,
a quedarme mirando,
reta mis labios y
conquista mi deseo.

No me opongo,
lo disfruto
y poco a poco
se prende el instante.

Se apagan mis ojos,
mis manos no mienten,
de tu oreja a tu cuello,
de tu cuello a tus labios
y de ahí a tus caderas.

Acepto la invitación de la rosa
cubriéndola de besos y deseo,
invito a tu cuerpo con carta
escrita en tu cintura y tu pecho.

Accede tu cuerpo de musa,
me invitas a entrar en tus senos
con un empujón a mi espalda,
mis manos seguras
buscan lo estrecho,
se lo ganan
dibujan la silueta de tu perfil
haciendo énfasis en tu cintura
con una firmeza gentil…

No hay comentarios:

Publicar un comentario