por haber olvidado
la métrica enamorada
que brincaba en mi pantalón.
Es que en el amor
no se usan grilletes
y yo hasta el traje
gris con negro te compré
Amor que tonto fui
si hasta me relinchan
las manos de volver
a correr sobre el teclado.
Amor no digas nada
y me disculpo por horas,
no digas nada y acepta
el diamante que hay en mi mano,
no digas nada, fui un idiota
y jamás lo olvidaré
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