Ven aquí pequeño ruiseñor,
mi hermosa princesa me espera,
ansía esa rosa teñida de tu sangre.
Viajaste a lo largo de bosque,
encontraste una rosa sin nombre,
te fundiste en la espina más baja
y con tu vida teñiste la rosa de rojo.
A mi me cansa el resto,
del bosque al castillo es un largo viaje,
practico mi voz y ademanes
para encarar a la hermosa princesa.
Oh! que desgracia, oh! que desgraciada.
No hay justicia en una hermosa carcasa,
maldita mi vida y mi suerte,
te encuentro tan fina y tan bella...
en los brazos de otro hombre.
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